¡QUÉ GRANDE ES EL OCÉANO!... ¡QUÉ PEQUEÑO COMPARADO CON MI IGNORANCIA!
Una vez más, andaba yo por la red en busca de letras de canciones, letras que intuyo que dicen algo, porque no las entiendo, pero que a pesar de mostrarse en idiomas que no hablo, hablan lo suficientemente claro como para que quiera comprenderlas (y más en este caso concreto, qué voz, no deja lugar a dudas, qué seguridad, admirable).
Bueno que andaba yo en busca de una letra, al igual que ayer, y de nuevo un blog me dio la letra, la traducción e incluso su sentido. Y para mí que hasta ayer, eso de los blogs no era más que algo raro que hace esa gente rara que hace cosas por Internet. Desde luego a prepotente pocos me ganan, pero ha ignorante tampoco tengo rival. Gracias Laura por la letra, la traducción, tú significado de la misma y por hacerme intuir alguno de esos milagros de la comunicación que permiten estos blogs (¡y tú dices que has llegado a llenar uno? Tremendo. Aunque lo más increíble es que estoy convencido de que ni con mucho serás la única). En cualquier caso gracias.
Durante un tiempo me estuve preguntando si es cierto aquello de que perdemos 21 gramos justo en el momento de la muerte, y si es así, ¿qué mejor definición puede haber de instante? Porque eso debe ser algo inmediato, no debe durar ni medio micro segundo, es el paso entre el ahora y el luego, es un muy buen contexto para definir un instante, al menos yo así lo creo. Aunque quizás haya uno mejor... ¿O no es verdad que es un instante lo que tardamos en decidir que basta ya, que ya tenemos suficiente?. Para cinéfilos: hoy he creído que tenía suficiente y he dicho "hasta dónde". Y prometo que no me ha llevado más de un instante decidirlo.
Por cierto la canción es "Je ne regrette rien". Edith piaf está muy de moda hoy en día y yo soy un muy buen ejemplo de "Homus Mediaticus" (permítaseme el latinajo)
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