Dicen que una de las claves de la organización es distinguir entre lo urgente y lo importante. Una teoría un poco más avanzada divide en cuatro las prioridades: urgente e importante, urgente no importante, importante no urgente, ni urgente ni importante. Una buena clasificación te lleva a la eficacia, a la ansiada eficiencia, te simplifica la tediosa tarea de priorizar. Pero lo importante importa hasta que algo importa más. Y lo urgente urge aun cuando algo nuevo apremia con más ímpetu. Y algo hay que quitar de la lista. Porque si todo importa, nada tiene importancia y si todo corre prisa nada urge. Y ahora, si tienes valor suficiente, amplia tu mente al máximo hasta contemplar tantos ámbitos de tu vida como seas capaz de abarcar y rápidamente responde, ¿qué quitaste de tu lista?, ¿qué retrasaste sempiternamente? A mi me asustó la respuesta. P.D.: Dedicado a H que me pidió que escribiera un relato de terror.