Segunda acepción
Quimera, según la segunda acepción del diccionario de la Real Academia Española: " Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo." Iluso, según la segunda acepción del diccionario de Real Academia Española:" Propenso a ilusionarse, soñador." En el fondo, ni quiero ser iluso, ni termino de ver las ventaja de invertir en quimeras, pero es que las segundas acepciones siempre fueron mi debilidad, sobre todo si son de personas.
La patria del Guanche, del Canario, está latente.
ResponderEliminarVive en cada corazón Guanche. Su alma y su espíritu están presentes.
Si quieres estar unido con el Guanche, piensa como él,
siente como él, sigue sus pasos y no quieras ser guía,
déjate guiar. Porque él no es vago, ni mentiroso, ni ladrón.
Si quieres tienes mi mano, tienes mi idioma, yo te lo doy
Te guiaré por los caminos del progreso, porque sólo un Guanche
es el que librará de la opresión a su hermano de raza,
está dicho. Porque sólo el Guanche es resplandor,
el ave fénix del resurgimiento de este pueblo oprimido
El Guanche es el artífice del resurgimiento de Canarias.
(Adaptación de un poema de Juan Condori Uruchi, por Guaire Adarguma)
Buen viaje! ;)
...sin reloj???
ResponderEliminar...y cómo sabrás cuando has de comer?
...y cómo sabrás cuando has de dormir?
...y cuándo...
...y cuándo...
....ahhh...vos si que sos un loco!
Un abrazo enorme.
...el comentario de Amets no deja impasible
Gracias Amets, por tus consejos y por el deseo.
ResponderEliminarEl viaje fue bien, muy bien desde luego, pero me costó más de lo que yo pensaba encontrar el rastro de los guanches, a pesar de las calles de Garachico, Icod o La Orotava, a pesar de los desfiladeros del camino de la Masca a Buenavista, a pesar del ojo avizor del Teide y del viento de Punta Teno, costó, costó encontrar el rastro de los guanches de la plaza de Candelaria.
Un saludo, nos leemos.
¡Ay! Nadaq, sólo cuatro días y ya voy a echar de menos de por vida los cortaitos leche leche, madre mía, las afortunadas no son las islas, son las personas que las habitan.
Por cierto, a veces, me asusta lo mucho que de uno se puede dar a conocer a través de estas líneas... Supe cuando dormir, supe cuando comer, e incluso supe cuando sentarme en el malecón de Puerto de la Cruz a escuchar lo que me susurraba el mar y a observar un cielo que parecía nuevo... En fin acabo de regresar y casi ya estoy pensando en cuando voy a volver.
Otro abrazo para ti, muyaya...