...él estaba jugando solo, en el suelo, sonriendo y señalando con orgullo la esquina de la cuna de la que se había descolgado. P.D.: ¿Y cómo corregir una actitud que puede resultar peligrosa pero que consideras positiva, liberal, atrevida, inteligente, valiente...? Imposible educar en contra de tus propios principios, así que a sufrir toca. No, no por lo de la cuna, si no por todo lo que vendrá después. A sufrir y a disfrutar, ¡cómo me hubiera gustado a mí ser el que no cejó en el intento hasta conseguir anoche saltar de la cuna! ¿Y por qué no? ¿Por qué no intentarlo una y otra vez hasta que consigamos bajar solos de la cuna? ¿Cuán orgullosos estaremos señalando después la esquina por la que nos hemos descolgado?
Sea ella quien sea, seguro se considera la persona más afortunada del mundo cuando lea este comentario.
ResponderEliminar