Ilusión

El salón era enorme. En realidad eran dos habitaciones unidas al quitar el tabique que las separaba. Me sentaba en el suelo y esperaba emocionado. Los segundos se hacían horas. Pero era seguro que tenía que empezar. Del Un, Dos, Tres lo mejor era la espera, la duda, el saber si iba o no iba a salir.


Lo sacó del bolsillo derecho de su chaqueta con la manga remangada un tipo con chistera, el pelo largo, blanco y muy despeinado, los dientes descolocados y que daba voces mientras tocaba un violín imaginario.

Tamariz me enseñó a disfrutar de la magia desde pequeño; me enseñó a preguntarme el porqué de las cosas; me enseñó a que no todo es lo que parece; pero sobre todo, me enseñó lo importante que es una buena presentación para casi cualquier cosa en esta vida. Creo que es de las pocas personas que aún me hacen dudar de lo inútil de la caja tonta. Tamariz me ha enseñado mucho, me ha hecho disfrutar mucho pero también es el responsable de una de las obsesiones de mi vida.

Era un simple cachivache, de madera, pintado de rojo, pero a mi fascinaba y aún lo sigue haciendo.

En todas las actuaciones que le he visto, infinidad en televisión, apenas dos veces en directo, siempre me ha sorprendido con los efectos más simples, o con los que aparentemente eran más simples. Un día consiguió dejarme boquiabierto, adivinando una carta por teléfono, tan sencillo como suena. Lo vi en directo.

Por momentos llegué a creer que realmente tenía un hombrecito diminuto que lo manejaba. La teoría se quedó sin fundamento cuando conocí el modelo transparente, de metacrilato.

Tamariz con su magia me ha conseguido emocionar como no lo ha hecho ningún otro mago, pero su mayor logro ha sido que definitivamente renuncie a mi mente ingenieril tratando de descubrir sus trucos. Con otros magos lo intento, indago teorías, pruebo a hacer algo parecido en casa. Con él no. Con Tamariz simplemente me dejo llevar durante la actuación, me río a carcajadas y disfruto como un niño.

La última versión que he conocido es un modelo Lego(c). Es muy chulo porque lo monta el propio espectador al que le hacen el juego. Lo único que no me gusta es que todavía no se lo he visto usar a Tamariz, seguro que le saca más provecho que nadie. ¿Quién más sino es capaz de crear tanta ilusión durante años con un simple cochecito de madera?






Comentarios

  1. ...Tamariz, bueno.

    No hay mago en este mundo con más clase que Tamariz.

    Recuerdo el programa que tenía Jesús Quintero en la radio hace ... ¿mil años?.
    El Mago hizo jugar con una baraja a los oyentes y acertó
    con la carta que elegimos de una manera (defiendo) milagrosa.

    Yo lo adoraba. Y lo adoro.

    Hoy he visto otro de sus trucos.

    Y ha sido sin ningún lugar a dudas el más sutil ya que sólo influyó su recuerdo.

    Ha hecho que vea tu mirada de niño.

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  2. Muchas gracias nadaq por el coment, estupendo como siempre, y por el piropo. Ojala fuera capaz de mirar siempre con mirada de niño..
    Saludos

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